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Ahora el próximo paso. Siguiendo la rutina anterior has logrado que coma mientras sostienes el plato y que puedas retirarlo sin que te arranque una mano, vamos bien. Ahora daremos un paso más allá. Cuando le bajes el plato y lo dejes comer a sus anchas, no te retires, quédate a su lado y coloca suavemente una mano en su cabeza. Si te mira mal, pero de todas formas sigue comiendo, entonces vamos bien.

Entonces lo acariciarás despacio, esto es algo recompénsate para tu perro, pero le tomará un tiempo darse cuenta de que no estás tratando de robarle su comida.

Una vez que se acostumbre a que lo acaricies cuando come, y que esté relajado en tu compañía mientras lo hace, el siguiente paso es remover el plato. Oh sí, harás exactamente lo que tu perros temía que hicieras; pero no te quedarás con el plato, se lo quitas y colocas dentro uno de esos bocadillos “súper deliciosos, hiper motivadores, soy capaz que hacer lo que sea para probarlos” que mencioné antes y le regresas el plato. Es como el “cambio” pero sin darle la orden. Practica esto durante unos días.

Con mucha paciencia, persistencia y recompensando el buen comportamiento de tu perro, con bocadillos y el “muy bien” que nunca debe faltar, puedes convertir un perro celoso de sus cosas y agresivamente posesivo en un compañero en el que puedes confiar, aún mientras está comiendo. Sin embargo, recuerda que una vez que aprenda que no vas a robarle su comida no debes de seguir practicando los ejercicios, el propósito de este artículo es evitar accidentes desagradables, que puedas meter la mano en el plato mientras tu perro come no significa que debas hacerlo, después de todo, todos merecemos poder comer en paz.

Nota Importante:
Si tienes un perro adulto con problemas de agresividad posesiva y crees que no tienes la experiencia necesaria para manejarlo (o si tu perro es muy grande y le tienes miedo), entonces lo ideal es llevarlo a entrenamiento en manos de un profesional.

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¿Cual es el objeto más preciado para tu perro? 


Ese que cuida como si fuera lo más preciado del mundo, que protege como si fueran las minas de diamantes del Rey Salomón. Ese mismo es el que vamos a usar, digamos que es una pelota. 

Ahora te acercarás a tu perro, le darás la pelota y luego de un momento tratarás de quitársela, mostrándole los bocadillos que tienes en la mano le dirás “comparte” o “cambio” (o cualquier palabra que prefieras, pero que usarás solo para eso). 


Cuando te de la pelota para tomar el bocadillo, entonces le harás saber que lo hizo muy bien. Felicitándolo y dándole unos mimos. Pero no te detengas ahí, sigue practicando este ejercicio educativo hasta que aprenda que cuando tú, alfa súper poderoso de la manada, le quitas algo que tiene, puede que él sea recompensado con algo mucho mejor. 


Aprendiendo a Compartir la Comida 


Digamos que ahora se acerca la hora de la comida… La comida es un recurso muy preciado para nuestros perros, y un perro posesivo tratará de arrancarte la mano de una mordida si tratas de retirar el plato antes de que termine de comer. Así que mejor cambiamos de método para este recurso.
Llévate el plato y pon sólo un poco de comida en él. Pero no se lo des. Aún no. Hazte rogar. 


Seguro que primero comienza con unos ladridos y gimoteos. Luego comenzará a mirar el plato fijamente, como si pudiera bajarlo al suelo mediante telekinesia. Finalmente se rendirá y se hará el cachorrito, te dará esa mirada dulzona de “pobrecito, no he comido en años, ¿no te doy pena?” Entonces sí le darás la comida. 


Pero no es sólo cosa de bajar el plato y listo. Primero tu perro tendrá que hacer algo por ti. Sentarse. Con el plato aún en tu poder, pídele que se siente. La orden puede ser “Sit” o “Sentado”, a veces no funciona desde la primera vez, se paciente, cuando lo haga (los perros lo hacen automáticamente, pasará tiempo antes de que relacione la acción con el mandato), entonces le darás el plato diciéndole “ten” o “toma” (o cualquier orden que le sirva para identificar que ya puede tomar lo que le das), y que sea sin poner el plato en el suelo, sino que sostendrás el plato en tu mano para que él coma de allí. Si no comienza a comer inmediatamente, repite la orden “ten” o “toma”, pero sin hablarte duramente, hazle saber con tu tono de voz que está bien que coma. 


El siguiente paso, una vez que esté comiendo con el plato en tu mano con plena confianza y antes de que se termine el alimento, retira el plato despacio, si protesta, usa la orden que aprendió antes “comparte” o “cambio” y ofrécele un poco más de comida a cambio del plato. Esta vez le pondrás el plato en el suelo para que coma a sus anchas. 


La idea es que tu compañero aprenda que no lo vas a dejar morir de hambre, pero que tienes el derecho de quitar su plato cuando quieras, y que probablemente si lo haces es porque algo bueno va a suceder (ej. más comida para él). 


Practica este ejercicio todos los días hasta que no te gruña o proteste cuando le vas a retirar el plato.

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“No te acerques al perro cuando está comiendo” 


¿Recuerdas haber escuchado eso alguna vez?

Usualmente lo escuchamos de nuestros padres, abuelos o de nuestros tíos favoritos, y tenían mucha razón al decírtelo. Muchos perros tienen problemas de agresividad posesiva, que es muy parecido a cuando un niño pequeño aprieta su juguete favorito contra su pecho y te grita: “¡mío!” en el caso de nuestros perros significa “Esto mío, solo mío y no quiero que lo mires siquiera”
Compartir es un concepto extraño a la mayoría perros, especialmente aquellos perros que son el único miembro animal de la familia. Un perro con agresividad posesiva va a proteger sus recursos de cualquiera, y sus recursos son: comida, juguetes y el más preciado de todos: Tú.

La forma más fácil de lidiar con esto es comenzar desde que el perro es un cachorro. Que se acostumbre a que vengas y le quites sus cosas. Aunque se las regreses, quítaselas durante un momento.

Hazle saber que aunque alguien tenga algo que le gusta o que quiere tener, se lo regresarán si es paciente.

También ayuda acompañar la acción con una ayudita verbal: “dame”

Cuando tu perro tenga algún juguete en la boca, quítaselo suavemente diciendo “dame” al mismo tiempo. Cuando lo tengas, dale con unos mimos o dile “muy bien”. Con esto, el aprenderá que darte lo que sea que tenga en la boca, es algo positivo que resulta en algo mucho mejor.

Cuando el Perro es un Adulto Posesivo

Si cometiste el error de ignorar este problema cuando era un cachorro, o si adoptaste un adulto con este problema, ahora es tiempo de que te armes con paciencia y persistencia para que tus perros aprenda que no tiene necesidad de proteger sus cosas (y que no es de ninguna manera un comportamiento aceptable.).

El primer paso es remover cualquier objeto que el perro tienda a cuidar: juguetes, huesos, platos de comida, etc. Al igual que los muebles de la casa, algunos perros se sitúan en el sofá y no hay forma de sacarlos de allí. Puedes bloquearle el acceso a la habitación en cuestión, o sencillamente dar la vuelta al sofá contra una pared.

Una vez que no tiene acceso a sus cosas y las cosas de la casa que adoptó como suyas, entonces todo pasa a ser tuyo y es el momento indicado de enseñarle a compartir.

Ármate con un puñado de bocadillos, pero que sean bocadillos regulares, el tipo “wow, que ricos, me encantan” pero no los “súper deliciosos, hiper motivadores, soy capaz que hacer lo que sea para probarlos” como pedazos de queso o bolitas de hígado, esos aún no. Por ahora, usaremos los bocadillos que le gustan, pero no sus favoritos.