El Agility es un deporte en donde un guía o propietario dirige a un perro sobre una serie de obstáculos, los cuales tiene que librar de manera limpia y lo más exacta posible, compitiendo contra reloj.
Los perros generalmente participan sin correa sin juguetes y sin incentivos, sólo al finalizar el circuito se les premiará. El guía no debe tocar al perro ni a los obstáculos, excepto de manera accidental. Consecuentemente, el control del guía radica en la voz, señas manuales, lenguaje corporal. Lo que requiere que el animal esté entrenado de manera excepcional.
La finalidad del recorrido es hacer que el perro (conducido por su guía) pase el conjunto de los obstáculos, en el orden indicado, sin fallos, y dentro del límite de tiempo establecido por el juez.
El recorrido y la posición de los obstáculos van siendo modificados con el fin de evitar cualquier mecanización del perro. Los circuitos son lo suficientemente complicados para que el perro no pueda terminarlos correctamente sin dirección humana. Durante la competencia, el guía decidirá las estrategias a seguir para dirigir al perro a través del recorrido, combinando velocidad y precisión ya que ambas son igualmente importantes.


Obstáculos homologados por la FCI:
Las vallas.
El balancín.
El neumático.
El viaducto o muro.
La empalizada.
La ría.
El salto de longitud.
La mesa.
El eslalon.
La zona de parada.
El túnel rígido.
La pasarela.
Los caballetes.
El túnel flexible.
El recorrido de Agility no es una carrera de velocidad, sino una competición de habilidad y destreza.
Hay diferentes grados de competición:
Según la experiencia:
Veteranos.
Concursantes de campeonatos mundiales.
Según el tamaño:
Pequeños.
Medianos.
Grandes.


Conclusiones:
El Agility es un deporte abierto a todas aquellas personas que dispongan de uno o más perros (sea cual sea su raza, con o sin pedigree).
Consiste en que los perros conducidos por sus guías o propietarios, sean capaces de superar diversos obstáculos con el fin de poner en evidencia su inteligencia, obediencia, concentración, sociabilidad y su agilidad.
Esta disciplina requiere y pone en evidencia la buena armonía entre el can y su guía o propietario.
Es por tanto necesario que los participantes posean las bases elementales de una buena preparación en obediencia y educación canina.
El Agility puede practicarse de dos modos: como ocio, o competitivo, ambos modos son compatibles.
Practicado como ocio tiene grandes ventajas. Hace que propietario y perro disfruten juntos, practiquen ejercicio físico, compartan alegrías e infortunios, y se consigue una educación y obediencia del perro incomparable.
El Agility es sin duda un método idóneo de educación, obediencia y sociabilidad del perro.
Para aquellos a los que les guste la competición, nada mejor, ya que en esta modalidad los resultados son totalmente objetivos (comete faltas o no las comete) y están altamente relacionados con el esfuerzo y entrenamiento realizados.
La finalidad del recorrido es hacer que el perro (conducido por su guía o propietario) pase el conjunto de los obstáculos, en el orden indicado, sin fallos, y dentro del TRS (límite de tiempo establecido por el juez).
Se modificará el recorrido después de cada manga con el fin de evitar cualquier mecanización del perro.
El TRS, es tan solo un índice básico, y en ningún caso la velocidad se considera como criterio principal salvo en caso de igualdad en las penalizaciones por faltas y rehúses.
En caso de igualdad en penalizaciones totales, quedará mejor clasificado el equipo que tenga menor número de penalizaciones por faltas y rehúses.
Si por casualidad, dos perros estuviesen empatados en penalizaciones y en tiempo el juez puede pedir un recorrido suplementario para desempatar.
El recorrido de Agility no es una carrera de velocidad, sino una competición de habilidad y destreza.

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